Escuela rusa de violín Iniciación 1

Para la clase individual y colectiva

Las nuevas tendencias pedagógicas confieren un valor fundamental a la práctica de tocar en grupo desde los inicios. Se trata indudablemente de uno de los ejercicios más beneficiosos para el futuro instrumentista, permitiéndole disfrutar y adquirir una dimensión musical muy diferente a la de practicar solo.

En cualquier aprendizaje, el principal estímulo para lograr progresar es la motivación. Cuando lo que aprendemos nos divierte, el estudio se convierte en una actividad placentera, estimulante y gratificante.

Sabemos que es necesario sentar bases técnicas para el desarrollo y progreso del alumno, pero no es menos cierto que el objetivo final es “hacer música”, y cuanto antes mejor.

Si esperamos a tener  una técnica suficiente para comenzar a tocar obras musicales, se corre el riesgo de que el alumno se desanime al no encontrar la satisfacción que perseguía cuando se decidió a estudiar música. Si desde los comienzos se le ofrecen piezas acordes con sus conocimientos, por limitados que sean, recogerá inmediatamente el fruto de su estudio gozando de la experiencia de hacer música en grupo. En la pedagogía rusa se dice:

“Sin técnica no se va a ninguna parte, pero la técnica está reñida con los principios”.

Escribir para el violinista principiante requiere por lo menos tanta imaginación, creatividad y destreza como hacerlo para el experto. Con unos medios muy limitados, a veces con pocas notas a su disposición, el compositor de piezas para principiantes debe crear una música que no solo introduzca piezas pedagógicas específicas, sino que también sean sencillas, bien construidas y atractivas, con ejemplos de la música histórica y viva, a ser posible que abunden las canciones folklóricas del propio país.

No pretendemos crear nada nuevo, sino redescubrir algo que los grandes maestros como Mozart, Beethoven, Schubert, Tchaikovsky, etc… tenían muy claro.

¡¡A LA MÚSICA POR LA MÚSICA!!

Con ello conseguimos atraer y estimular al estudiante y guiarle en el desarrollo de su gusto musical, motivarle para proseguir en el estudio y en general, fomentar su amor a la música.

Este primer libro sirve tanto para la práctica individual como para la colectiva, y aunque las distintas materias están realizadas con rigor, nunca el mejor método puede sustituir al profesor.

Conociendo la dificultad que tiene el principiante para hacer sonar correctamente las cuerdas con el arco, iniciamos las primeras piezas pulsándolas en pizzicato, pero antes de empezar a practicar con tu violín, conviene cantar las piezas pasar posteriormente a  intentar cantar y tocar al unísono

(Escuchar, leer, cantar y tocar).

Con ello contribuirás a la primera tarea, al objetivo principal: la educación del oído, que es el que debemos cuidar y controlar a través de aprender escuchando.

Aunque en este libro incluimos algunos ejercicios rítmicos y explicaciones del Lenguaje Musical, es muy recomendable compatibilizar estos principios con el primer cuadernos de Lenguaje Musical: “Aprender jugando LA MÚSICA” Cuaderno de teoría y escritura 1.